Las mujeres que SE aman demasiado necesitamos tener clara la diferencia entre elegir y tener que, o deber hacer. El filósofo francés Jean-Paul Sartre, uno de los máximos exponentes del existencialismo escribió: “El hombre está condenado a ser libre”. Significa que la libertad es inherente e inalienable a la condición humana y que, por ello, el hombre es absoluto responsable del uso que haga de ella.
Los principios son así. Inalienables. No se pueden enajenar, es decir, no pueden ser ni renunciados ni cedidos, vendidos.
El primer paso para ser mujeres que se aman demasiado reconocer que necesitamos buscar ayuda. Elegir.
Hay algunas cosas que no podemos hacer solos, no importa cuán duro o prolongadamente tratemos. Estas cosas incluyen hacer cambiar a otras personas, solucionarles sus problemas y controlar su conducta, o hacerlos como quisiéramos que fueran. A veces nos sentimos impotentes ante nosotras mismas, acerca de lo que sentimos o creemos, o a causa de los efectos que nos producen una persona o situación en particular.
Es importante entender que el límite de nuestros cambios está en nuestra piel.
Nuestra frontera de cambios posibles es esa.
Pero es igualmente elegir conscientemente. Porque siempre elegimos. Estamos condenados a ser libres.
Esto significa adueñarnos de nuestro poder. Porque no estamos atrapadas ni desamparadas. A veces nos parece que vivimos a merced de lo que otros eligen, pero no es así. Todos tenemos la capacidad de elegir y de ejercer el principio del poder. Es nuestro derecho inalienable. Elegir. Puedes quitarme la vida, pero nunca podrás quitarme la capacidad que tengo para elegir mi respuesta ante ella. Y eso me hace ser una mujer empoderada. Poderosa.
Esta es nuestra rutina emocional para repetir durante este día:
“Hoy sé que una mujer poderosa no es aquella que controla a otros, sino la que se controla a ella misma.”.
¡Te deseamos un día tan maravilloso como elijas que sea!
Grupos "Gimnasio emocional"
Para codependencia emocional
Conéctate para una sesión GRATUITA