Hay una palabra en desuso en el diccionario de la RAE (Real Academia de la lengua Española): SOLITUD.
En desuso quiere decir que dejó de usarse desde hace más de 100 años. Por ello la omitieron del diccionario. Mi madre decía que lo que no se usa, se atrofia. ¡Ah! ¡Ahora entiendo! Ahora entiendo por qué quizá no se usa más.
¿Será porque nuestra capacidad de disfrutar estar con nosotras mismas se ha atrofiado? Lo siniestro del tema es que no existe compañía suficiente para llenar el vacío de una persona que no sabe estar con ella misma.
Parece pues que la soledad se percibe como la falta de algo; como esas personas que dicen que están buscando su media naranja. Uff… ¿y sabes?
Soy una psicóloga fervientemente convencida de que somos seres completos, sólo que no lo sabemos.
Y cuando encontramos a la pareja correcta, es que somos una naranja completa AL LADO DE OTRA. La responsabilidad de ser nuestra mejor Y MÁS SEGURA compañía, es sólo nuestra chicas.
Y cuando desde niñas perdimos ese gusto de jugar por horas con nuestro pequeño juego de té a “la comidita”, cuando pasábamos horas jugando CON NOSOTRAS mismas, en ese diálogo interno, cuando perdimos eso, nos condenamos a buscar compañía para no sentirnos solas.
Hasta que nos damos cuenta de que muchas veces en pareja nos sentimos solas… aunque estemos acompañadas.
La solitud es la agradable -y desconocida para la gran mayoría de mujeres- sensación de estar a gusto con una misma.
Solitud no es sinónimo de soledad. No es estar solo como algo negativo, más bien es estar acompañada de la mejor compañía que podré tener jamás: Yo misma.
Pasamos poco tiempo solas y cuando estamos solas de inmediato buscamos sustituir la compañía de una persona por el ruido de la televisión mientras miramos la pantalla de nuestra laptop, y además la de nuestro celular, buscando “compañía” porque no sabemos estar con nosotras mismas.
Quizás la solitud se considere algo tan negativo como la soledad porque nunca la hemos usado. Quizá esta vez sea la primera vez que escuchas o lees la palabra, pero la solitud es genial porque nos ayuda a conocernos. La solitud es una gran maestra, como decía más arriba, y el esfuerzo continuo de evitarla simplemente nos condena en relaciones dependientes a nivel emocional. Si te interesa aprender a vivir contigo y disfrutar tu propia compañía, te invito a mi taller:
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